diumenge, 30 de setembre del 2007




N I E N T E






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dissabte, 29 de setembre del 2007

Resumen de una teoria filosófica mediocre como otra cualquiera

El primero es valiente, tenaz, constante. El último es tenaz, constante y valiente de todos modos, porque supone un cambio. Es el paso del hombre a la nada, al vacío que sigue a la hilera de individuos.

El primero mira adelante, es seguido, avanza, descubre. Siente que controla. El primero lidera y por ello cree tener poder sobre el grupo. El último hace camino de una forma más pasiva. No lo abre, lo recalca. El último no siente tener el poder sobre nada ni nadie. Pero a diferencia del primero, es el único capaz de ver al resto, observarlo y sacar conclusiones. Es el único capaz de tenerlos en mente a todos, pues todos se encuentran dentro de su campo visual. Tiene consciencia del resto, y de este modo, el poder de controlarlo, para mejor o para peor.
El primero, al mirar atrás, tan solo ve apoyo, gente que avanza con él. Es considerado un valiente, porque abre camino, aunque ¿Quién osa asegurar que el último lo es menos? El último, en girarse y dar la espalda al grupo, tan solo observa un abismo inmenso, debe afrontarse al pasado, al camino recorrido y nada más. Nadie le sigue, no verá a nadie que camine con él. Nadie le reconocerá nada porque nadie le ve, nadie es consciente de sus actos ni de su existencia. Y será el único capaz de reflexionar sobre la soledad, pues anda de cara al resto y el resto de da la espalda, mientras que el primero da la espalda al resto aunque los demás anden hacia él. No es comparable la soledad del primero con la del último. La soledad del primero ante lo que viene es suavizada por el soporte del grupo. Se le atribuyen méritos, se agradecen sus buenos actos, porque la gente se da cuenta de ellos. El último está tan solo que solo se sabe que existe porque nadie más se siente último.

El término medio no se encuentra en el centro de la hilera de individuos, sino que consiste en un individuo con características tomadas del primero y del último. El caminante.
El caminante no depende ni de sentir que le siguen ni de seguir a nadie. Es. Por sí solo, no por o para los demás. No cambia una parte de sí mismo por gente atrás o adelante. Es plenamente uno.
El caminante es el ausente de la cola, que al andar solo, es primero y último a la vez.
[decidido, iré a buscarlo y me pondré detrás de él para joderlo. muajaj... muajajaj... muajajajajajaja!]


...seamos caminantes y andemos codo a codo.

dimarts, 25 de setembre del 2007

Apertura

Liberto Fresnadillo vagaba sin rumbo por las calles de la ciudad. Una ciudad tan grande y tan llena de gente que hacía más bien difícil la ya de por sí árdua tarea de hallar personas.
Liberto se sentó en un banco de color verde ante un edificio no especialmente bonito, aunque tampoco digno de atención por su horripilancia. Tan solo era un edificio. Le estaba dando la espalda a la avenida, un espacio que seguramente le habría proporcionado información visual más interesante o por lo menos más entretenida que aquel edificiodelmontón. Pero Liberto estaba demasiado atento a lo que decía su interior como para tener en cuenta este tipo de factores externos. Se estaba escuchando.
Llevaba ya unos días removido, lleno y vacío. Tenía un subeybaja en el cuerpo que empezaba a molestar. Así que se dedicó plenamente, desde dentro de verdad, a decirse todo aquello que tenía que haberse dicho claramente desde ya hacía un tiempo.
Parece ser que todo lo que se dijo a sí mismo ya lo sabía de una manera u otra, que le habían ido llegando rumores y vagas palabras. Pero acabó de informarse del todo, para que le quedara bien clarito. No era un hipócrita, ni le caían bien los hipócritas, así que quiso ser consecuente con este principio diciéndose las cosas al papel (a la cara no podía, porque estaba dentro de sí mismo, lo que complicaba la cosa, y pasaba de pseudopalabras a la cara haciendo uso de un espejo, pues opinaba que eso era para peliculeros).
Se hizo saber a sí mismo qué era lo que no estaba haciendo bien. Se hizo saber lo que le molestaba y lo que le causaba ansiedad. Se autoinsultó, se consideró culpable. Se hizo replantear porqués y cuandos. Se criticó de forma más o menos constructiva.
Se hizo saber sin tapujos que últimamente sentía amor.
Amor.
Y entonces se hizo observar también un poco de avenida, para relajarse y quitarle dramatismo a una conversación tan profunda.
Y se hizo reír.
Al cabo de un rato, una persona se sentó a su lado y le preguntó por su ceño fruncido.
Una persona.

dilluns, 17 de setembre del 2007

reflexiones sin pasión

Cuando en un lugar no abunda la comunicación, las escasas conversaciones que se mantienen en él merecen ser recordadas. Como reliquias de un pasado de vaivén de palabras.

sujeto 1. -Voy a sacarme los ojos.
sujeto 2. -Vale.
sujeto 3. -En esta casa todo el mundo hace lo que le da la gana.

y seguir comiendo. o paralizando la mente con indivíduos hablando y moviéndose dentro de un extraño aparejo semejante a un ventanal de oscuridad. y seguir respirando bajo el mismo techo, aún no conformar ningún núcleo humano.
aún no sentirme parte de ningún grupo tribal.




[fuera los espejos, tan sólo quiero ventanas]

dijous, 6 de setembre del 2007

cogito, ergo dubito

soy. eso creo tenerlo claro.

pero no significa nada de nada. en los botes de salsa de soja pone "soy sauce" y nadie se cuestiona la existencia del bote. o de la salsa, vaya. el caso es que por mucho que pretenda engañarnos, o engañarse, lo que tenemos delante es un bote de salsa de soja. no un sauce.

soy. pero puede que no tenga claro el qué. y paso de engañarme o de pretender engañar en vano a los demás. además, los sauces llorones me deprimen por muy bellos que sean. con el nombre pagan.

y pienso, sí, pienso. o al menos eso creo que hago.

y pierdo el tiempo, en definitiva, intentando desentramar embrollos tales como mi propia existencia, como el sentido de todo esto.

y que blablablablabla. bla.




aunque lo único que necesite de verdad sea un abrazo. y basta.

diumenge, 2 de setembre del 2007

de búsquedas y retornos


Cerca del abismo
lo miro y me río
y él mismo me mira
y se ríe y desisto.

Por poco que hagamos
seguimos cansados;
respiro y sonrío,
me importa bien poco.

Bajo de la altura
sin ganas de esfuerzo;
me giro y me arriesgo
a ojos del loco.

Qué poco me sobra
qué poco más quiero.
Vuelvo al unicornio,
me pierdo en el cielo.

Y ni cielo ni pollas
ni pared ni techo
ni lecho de escarcha
me hunden los sueños

yo quiero vivirlos
y el mundo y sus dueños
para mí no son nada.

el tacto de iguales
que buscan y ahogan
muerte y desespero
me llena y me empuja
a empezar de nuevo.


me gusta mi mundo,
tu mundo lo espero.