dissabte, 29 de setembre del 2007

Resumen de una teoria filosófica mediocre como otra cualquiera

El primero es valiente, tenaz, constante. El último es tenaz, constante y valiente de todos modos, porque supone un cambio. Es el paso del hombre a la nada, al vacío que sigue a la hilera de individuos.

El primero mira adelante, es seguido, avanza, descubre. Siente que controla. El primero lidera y por ello cree tener poder sobre el grupo. El último hace camino de una forma más pasiva. No lo abre, lo recalca. El último no siente tener el poder sobre nada ni nadie. Pero a diferencia del primero, es el único capaz de ver al resto, observarlo y sacar conclusiones. Es el único capaz de tenerlos en mente a todos, pues todos se encuentran dentro de su campo visual. Tiene consciencia del resto, y de este modo, el poder de controlarlo, para mejor o para peor.
El primero, al mirar atrás, tan solo ve apoyo, gente que avanza con él. Es considerado un valiente, porque abre camino, aunque ¿Quién osa asegurar que el último lo es menos? El último, en girarse y dar la espalda al grupo, tan solo observa un abismo inmenso, debe afrontarse al pasado, al camino recorrido y nada más. Nadie le sigue, no verá a nadie que camine con él. Nadie le reconocerá nada porque nadie le ve, nadie es consciente de sus actos ni de su existencia. Y será el único capaz de reflexionar sobre la soledad, pues anda de cara al resto y el resto de da la espalda, mientras que el primero da la espalda al resto aunque los demás anden hacia él. No es comparable la soledad del primero con la del último. La soledad del primero ante lo que viene es suavizada por el soporte del grupo. Se le atribuyen méritos, se agradecen sus buenos actos, porque la gente se da cuenta de ellos. El último está tan solo que solo se sabe que existe porque nadie más se siente último.

El término medio no se encuentra en el centro de la hilera de individuos, sino que consiste en un individuo con características tomadas del primero y del último. El caminante.
El caminante no depende ni de sentir que le siguen ni de seguir a nadie. Es. Por sí solo, no por o para los demás. No cambia una parte de sí mismo por gente atrás o adelante. Es plenamente uno.
El caminante es el ausente de la cola, que al andar solo, es primero y último a la vez.
[decidido, iré a buscarlo y me pondré detrás de él para joderlo. muajaj... muajajaj... muajajajajajaja!]


...seamos caminantes y andemos codo a codo.