just talk

Magari volevo dire qualcosa, ma mi sono dimenticata.
Magari non è importante. Non deve esserlo se mi lascia di questo modo.
Forse soltanto voglio minimizzare tutto questo.

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Em quedaré a esperar, recollint engrunes.
I hi haurà lloc per a totes les coses. A dintre meu, al meu voltant, al sostre i als racons.
Només hauré de canviar alguns objectes de lloc. Res més. I esperar que passi el temps.

pelirroja

De frente llega la muchacha y se planta como sin prisa. Y se ríe. Se ríe mucho. Mira hacia sus orígenes y sigue riendo con confianza, tiene hasta especial gracia para reír. Es como lejana, como transparente pero infranqueable. Es mortal.
Cándidamente venenosa. Profundamente amable, agradable hasta la médula, punzante hasta el alma de quien trata con ella. Su sonrisa causa estragos. Sus miradas son llaves de las jaulas de suspiros que todos llevamos dentro, aquí, en el pecho. A veces duda, pero eso nunca lo sabrás. Es infalible y metódica, pero eso tampoco te lo dará a entender nunca, parecerá que todo es fruto de las coincidencias, de la naturaleza y de su admirable espontaneidad. Es maravillosa y todos la quieren, pues ella quiere a todos, a los demás en general, aunque no especifiquemos el cómo o el para qué. Es un monstruo retorcido y pérfido, la maldad corre por sus venas bombeada por un corazón de plástico que solo sirve para eso. Jamás ha experimentado sentimientos de amor y es incapaz de sentir pena. Nunca le han movido las ganas de hacer el bien. Tampoco la sed de venganza, demasiado humana. Tan solo el mal como placer de la nada, que surge de ella por simple pasatiempo, es lo que alberga su alma. Sus dulces ojos y su mirada no dicen nada de todo esto. Y por supuesto, acomodada, sigue al acecho y nadie indaga.

Entonces bien, si es tan preciosa,
todas sus ruinas son olvidadas
y ahora es tan solo
una muchacha
de azules ojos y mermelada.

aps

He vuelto a dejarme el grifo abierto toda la noche. Hasta que el ruido me ha despertado, vaya. Si fuera la primera vez que me pasa, no sería del todo preocupante, pero es que ya van doce. Más las cinco que me he dejado la llave del gas abierta y un milagro tras otro me han ido salvando del fin. Es como si quisiera perecer de una vez por todas en algún fluido externo y mi cuerpo me llevara a ese suicidio inconsciente mediante el empleo del despiste. Puede ser que sencillamente mi alter ego pretenda matarme.
Si viviera en una habitación cerrada a cal y canto con lo necesario para subsistir o hasta ser feliz, no lo sería, porque ya habría muerto en el fruto de mi olvido.

ada II

Ada se sienta en la plaza, sobre el banco que la circunda. Pasa sus manos a ras del asiento, como quien ahuyenta las arrugas de una cama recién hecha. Con pausa. La piedra refresca. Y Ada sonríe, por supuesto.
Siente las muescas que el tiempo y la guerra y los críos han robado a la lisa superficie de antaño. Siente la repentina rugosidad de la mierda de paloma que hace que un banco sea banco. Y una mueca de asquillo corrompe cómicamente su cara. Y luego ríe. Ríe de sí misma y de su mueca. Ríe también porque disfruta riendo.
- ¡Buenos días preciosa! ¿Como está mi perla?
- Rebién. Hay que ver, don Alfredo, como huelen esos melocotones.
Y escucha el murmullo de la vida en la calle. Se oyen paseos, cavilaciones, besos a escondidas. Se oyen ladridos. Se oyen carreras de hojas y papeles olvidados. Ada escucha la música del mundo y se la guarda muy, muy adentro. Y por la noche sueña con ella.
Y con las danzas que desconoce.

ada

Ada es blanca, pura y sencilla. Cuando ríe sus ojos se convierten en estrellas que ríen con ella. Cuando escucha, son ventanas con cielo de verano.
Ada es luz, mañana de domingo. Ada es canto de pajarillos, olor de magdalena. Ada es vida, pura y sencilla.
Con su vestido blanco, por las rodillas, es toda aire y sonríe toda. Y se retira los cabellos ondulantes de atardecer calmado con una diadema también blanca.
Le regalaré flor de naranjo para que adorne su pelo.
Ada saluda cuando me siente. Mientras la observo, habla o escucha. También sonríe, y sonrío yo.

Ojos de cielo, siempre en sus orígenes. Vista fijada en el aire. Perdida en el aire, su vista.
Ausente y preciosa, mira como brilla.

Las luces no ven lo que alumbran.

disculpin la decadència existencialista

Y nos morimos y todo, y todo pasa.
Y se demuestra una existencia frágil, impalpable, indecisa, imprecisa. Ausente.
Invisible, indivisible, leve, indiferente. Inexistencia en todo aquello que creemos cierto.
Cada minuto, cada presente de ausencia inmóvil es concreta y precisamente nada. Como todo. Como el absurdo hecho de existir y dudar con ello y respirar y creer con ello y con ello morir inevitablemente.
Ausencia crónica que nos rodea. Frágil, impalpable, indecisa e imprecisa se demuestra. Existente.

Muerte. Vida.
Y nada en todas las cosas.

the pello

El perropollo, tambien conocido como pello, es un avífero de la familia de los pililos, a la que pertenecen, entre otros, el perrocerdo (o perdo), el pollerdo y el cerdopello.
El perropollo se caracteriza por sus pequeñas medidas (que oscilan entre los 30 y los 65 milímetros), sus alitas laterales y un hocico semejante al de los pequeños roedores y algunas razas de perros.

Aunque no es un animal volador, por las pequeñas dimensiones de sus alas, el perropollo usa éstas para comunicar su alegría. Su visión limitada (en muchos casos llegan a ser completamente ciegos) y su absoluta sordera les levan a guiarse básicamente por el olfato, constituyendo ésta su principal herramienta para el reconocimiento de los semejantes.

Los perropollos, de natural sedentarios, muestran cierta tendencia al cansancio innato físico y mental perpetuo, excepto en aquellos casos en los que una alteración de las hormonas conduce a determinados individuos a una irreprimible hiperactividad.
Se reproducen por esporas (reproducción esporádica), y generalmente hacen vida nocturna, aunque en muchas ocasiones duermen tanto de noche como durante el día.

La alimentación del perropollo es sencilla y poco variada. La goma de borrar constituye su principal fuente de alimento, aportándole su característica suavidad al tacto, aunque también les gustan las nueces y el pan de leche.
El pello es amante de los olores agradables y suaves como él. Ponerle cerca de plantas recién regadas o que hayan estado bajo la lluvia , así como acercarlo al pan recién hecho son algunos de los mejores regalos que se le pueden ofrecer a un perropollo.

conversaciones del día en que mi padre me cayó bien porque iba borracho

-bueno, con el puntillo-





(pseudochiste de chinos)

-"-me puedo alojal?

-sí.

-Buarrghrhrhl! - y se aloja." Te ha gustao?

-Me ha dao asco.







(hablando de avispas y bichos varios)

-yo cuando era bajito les metia palos en los agujeros.

-y si salian avispas?

-luchaba con ellas.





(viendo que hace calor, que vamos de subida y que se queda rezagado)

-Esto es un safari. Yo me quedo aquí y me moriré.





(borracho)

-Son las cuatro y vais todas borrachas.





(pasa una guiri rubia gorda)

-Eres como la paulolololova. La Paulova por cuatro.





(serio, en petit comité, mientras se está hablando de algo importante)

- Mira! Aquí hi ha formigues gegants! (plasplas! da golpes con las chanclas contra el suelo y una hormiga sale volando propulsada) Si no fas així se't pugen per les sandàlies.