divendres, 2 de novembre del 2007

del tirón

Así como te cuento. Es lo que hay, tengo muchas cosas más a decir de lo que suelto. No hay prenda, no hay momento de respiro. Tal como escribo esto, tal como de vacío, salen de mis orejas millones y millones de nuevos proyectos absurdos e innecesarios. Como los colores y las texturas. Qué cosa más rara. Venga va, por favor. No hagas ver que no te oigo. Qué coño es lo que no hace falta. No es tan tan raro. NO?
Me encierro aquí dentro y lucho por que nada ni nadie entre a molestar. Siento el latido del bombo en el centro de mi pecho, en las sienes. Siento mi latido y punto. Escribo. Pienso y suelto, pienso y suelto. Y basta. Evito pensar más de la cuenta, porque precisamente es eso lo que me sobra, lo que hace que no entienda nada y quiera acabar de una puñetera vez con todos los sonidos del planeta o convertirlo todo en puro ruido, en puro caos que haga tambalear las delicadezas y los detalles. Ruido sucio, intenso, que llene los pechos de quien no alcanza a respirar con normalidad. Que llene las almas y los espacios, que lo llene todo, que lo sea todo. Y yo no tenga que preocuparme de procurar llenarme.