"Hay millones como tú ahora mismo existiendo. Clavándose los ojos mutuamente. Clavándolos a un libro o a un horizonte, libres. A una pantalla de superficial resbalo. Sé que lo sabes, y en el fondo, eso importa bien poco. Hay millones como tú, en definitiva. Como tú, joder. Andando con prisa, perdiendo el norte, perdiendo el tiempo, olvidándolo, perdiendo la cabeza, asentándola, perdiendo la vergüenza, perdiendo los papeles, la conciencia, la razón. Perdiéndose. Perdiendo a secas a veces también. Ganando otras, supongo.
Buscando.
Hay millones como tú. Millones.
Millones que buscan, como tú, y que tan solo a veces, y a duras penas, encuentran algo. Algo, generalmente, que no buscaban y lo que buscan no saben qué forma tiene, ni si cabe en una casa o si cabe en una nuez. Y entonces se inventan palabras como melancolía o amor.
Pues esto resulta que es una carta de amor. Para ti.
De hecho es una carta compensatoria, por aquella que alguien te escribió un día y no se atrevió a dejar que volara más allá del cajón donde aún yace celosamente recluida. Bien, ya sabes de su existencia, aunque muy probablemente no la vayas a leer en la vida. Sobra control, eso es lo que pasa.
Y falta calma, y falta magia.
Pero sonríe, va, que hay millones como tú ahí fuera y esto que has encontrado es una carta de amor. Para ti.
Aunque no la estuvieras buscando."
Buscando.
Hay millones como tú. Millones.
Millones que buscan, como tú, y que tan solo a veces, y a duras penas, encuentran algo. Algo, generalmente, que no buscaban y lo que buscan no saben qué forma tiene, ni si cabe en una casa o si cabe en una nuez. Y entonces se inventan palabras como melancolía o amor.
Pues esto resulta que es una carta de amor. Para ti.
De hecho es una carta compensatoria, por aquella que alguien te escribió un día y no se atrevió a dejar que volara más allá del cajón donde aún yace celosamente recluida. Bien, ya sabes de su existencia, aunque muy probablemente no la vayas a leer en la vida. Sobra control, eso es lo que pasa.
Y falta calma, y falta magia.
Pero sonríe, va, que hay millones como tú ahí fuera y esto que has encontrado es una carta de amor. Para ti.
Aunque no la estuvieras buscando."
Zoé se sorprendió a ella misma de vuelta a la realidad, allí sentada, sonriendo ante un papel anónimo plagado de letras. Lo guardó en el bolso gigante donde hacía nada acababa de revolver a la caza de una compresa o un tampón o lo que fuera. Se limpió. Se subió las bragas y los tejanos verdes. Tiró de la cadena mientras se abrochaba la hebilla del cinturón que antaño había sido de su madre. Se colgó el bolso y luchó unos segundos con el pestillo que la protegía del mundo.
Y sonriendo aún, salió andando, enérgica. Salió volando.
Y sonriendo aún, salió andando, enérgica. Salió volando.
Convencida, como pasa a veces, de que la vida sí que vale la pena.
(hasta en el metro, muriendo ya el día, seguía concentrada en un vaivén de pensamientos... buscando en su memoria cajones desconocidos.)
(hasta en el metro, muriendo ya el día, seguía concentrada en un vaivén de pensamientos... buscando en su memoria cajones desconocidos.)
5 comentaris:
Me ha gustado mucho :)
Me encantan las cartas. Aunque pocas tengo de amor. Yo sí he escrito unas cuantas... y a ratos odio haberlo hecho. Lo importante no es que haya millones como tú, lo importante es ser único para alguien.
¡Me fío! Me fío de las estrellitas y de las sonrisas. Así del tirón sin vacilar, aunque seas una desconocida.
Y sí, encontrar mola. Buscar no tanto... pero encontrar mola. Mola un montón.
es preciós, com tot el que has escrit sempre. un petó de canyella
Y de mi retina directo al corazón.
Se te echa de menos.
Mucho.
Un beso al aire.
Veámonos pues.
¿O nos esperamos a los Reyes Magos?
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