dimecres, 29 d’agost del 2007

aps

He vuelto a dejarme el grifo abierto toda la noche. Hasta que el ruido me ha despertado, vaya. Si fuera la primera vez que me pasa, no sería del todo preocupante, pero es que ya van doce. Más las cinco que me he dejado la llave del gas abierta y un milagro tras otro me han ido salvando del fin. Es como si quisiera perecer de una vez por todas en algún fluido externo y mi cuerpo me llevara a ese suicidio inconsciente mediante el empleo del despiste. Puede ser que sencillamente mi alter ego pretenda matarme.
Si viviera en una habitación cerrada a cal y canto con lo necesario para subsistir o hasta ser feliz, no lo sería, porque ya habría muerto en el fruto de mi olvido.