dimarts, 15 de gener del 2008

menos poesía

Desde tiempos remotos, el ser humano, siguiendo la ley del más fuerte y como buen animal, lleva usando la fuerza para conseguir aquello que necesita. Si un humano necesita alimento y ve un conejo, lo cazará para poder comer, quitándole la vida a un animal. Es ley de vida, y el uso de la fuerza, en este caso, inevitable, puesto que los dos sujetos implicados no pueden ponerse de acuerdo y hallar un término medio en el que salgan igualmente favorecidos. Hablemos otro día del veganismo.
En el siglo XXI, un siglo caracterizado por el avance imparable de la tecnología, en el que el ser humano parece haberse separado definitivamente de su origen, la naturaleza, hemos ampliado nuestro campo de necesidades. Hemos ido más allá y ya no luchamos por sobrevivir, sino más bien por sobresalir entre el resto; nuestro objetivo no es tan solo la existencia, sino estar por encima de los demás, pisarlos si hace falta. Y aunque hemos desarrollado grandes tecnologías y hallado grandes descubrimientos, no por ello somos menos animales. Deseamos, envidiamos, luchamos, matamos y morimos por necesidades que en realidad NO lo son.
Necesidades y armas ultra desarrolladas en mentes y en manos que no lo están tanto. Animales con ansias de grandeza, puede que el porqué de tanta
muerte y destrucción
en la era
de
la
civilización
de
p l á s t i c o.

2 comentaris:

Yertle The Turtle ha dit...

incluso diria más
de plástico biodegradable



cuando acabeis los examenes seria g(r)ato encontrarme con vos

Sarah ha dit...

Amén.